Te contamos la historia de la marinera francesa, el famoso jersey o camiseta a rayas que se convirtió en ícono de la moda francesa.
ALGO DE HISTORIA
Las rayas están ligadas al mundo marinero desde la Edad Media. En el siglo XVII las pinturas inglesas y holandesas representaban a los marineros vestidos de rayas.
Hay varias posibles explicaciones del por qué de las rayas en la marinera francesa:
- Las rayas eran usadas por personas que tenían poco poder en la sociedad, y los primeros marinos que las usaban estaban y están en los rangos bajos también.
- Otra explicación es que las rayas en los marineros servían a identificar fácilmente a los hombres que se caían al agua.
- La tercera explicación es simplemente que los telares que se usaban en esta época para hacer las telas estaban ajustados para rayas únicamente.
¿Quién tendrá la verdad? La idea de los marineros fácilmente identificables en el agua parece lógica.
La que hoy conocemos como marinera francesa se usó inicialmente como ropa interior de los uniformes de los marinos. Era como un enterizo pegado al cuerpo y que bajaba hasta la mitad de los muslos. Por encima se ponían una camisa tipo chaqueta bastante gruesa para cubrirse del frio y de viento.
UNIFORME OFICIAL
Los primeros en adoptar la marinera como parte del uniforme oficial de los marineros militares fueron los rusos, luego le siguieron los británicos y luego los franceses.
Es en el país galo en donde se le toma muy en serio gracias a un decreto oficial que reglamentaba la utilización de la marinera como vestimenta oficial de la Marina Nacional y en la que se detalla cómo debe estar confeccionada. Hasta ese decreto, únicamente los oficiales llevaban uniforme.
DATO METICULOSO:
La marinera francesa oficial debe tener las siguientes características de acuerdo al decreto del 27 de marzo de 1858:
- Un tejido rayado de azul índigo y blanco.
- El cuerpo de la camisa debe contar 21 rayas blancas , dos veces más grandes que las 20 o 21 rayas azul índigo.
- Las mangas ¾ no pueden sobrepasar la chaqueta que se lleva encima.
- Debe ser lo suficientemente larga como para tapar la parte baja de la espalda cuando quien la porta se inclina hacia delante.
- El escote va hasta el inicio del cuello.
- Debían ser muy cómodas y sin muchas costuras, pero pegadas al cuerpo, para que no se enreden con nada durante las maniobras.
La marinera francesa se le llama también camiseta bretona, porque en la marina francesa los bretones y la región de Bretaña ocupan un lugar particularmente importante.
LA ENTRADA A LA MODA
Fue Gabrielle Chanel quien introdujo la marinera francesa al mundo de la moda, en una versión femenina, por supuesto. Esta visionaria mujer, se inspiró de los marineros que frecuentaban los balnearios y lanzó en su boutique de Deauville en 1916, una prenda fluida en seda, acompañada de un pantalón. Simple y chic.
Posteriormente en los años 50’s y 60’s la marinera fue adoptada por los intelectuales y artistas como Pablo Picasso, e incluso se vio en el cine. Yves Saint-Laurent la hace parte de su colección “Matelot” (Marinero) en 1963.
Pero es Jean Paul Gaultier quien se apropia casi por completo de esta prenda, y la convierte en un ícono que no pasa de moda. La utiliza como base para sus experiencias creativas y la ve como un instrumento de seducción tanto femenino como masculino. La utiliza incansablemente en sus desfiles e incluso la usa para diseñar el frasco de su famoso perfume “Le mâle”, que tiene forma de busto masculino, con las rayas marineras.
LA MARINERA FRANCESA: CLICHÉ DE FRANCIA Y DE PARÍS
Junto a la boina o béret, el pan francés (baguette); el queso o el vino, la marinera francesa hace parte de los clichés franceses, y por supuesto, parisinos.
Personalmente me encanta, porque la considero muy versátil, fácil de combinar, de llevar, con un jean, un pantalón, una falda, con cualquier tipo de chaqueta, y bien acompañada puede ser muy chic.
Algunas marcas de tradición de la marinera francesa son Saint James, Armor Lux, Orcival y Petit Bateau.
Y a ti, ¿Te gusta la marinera francesa? Muy probablemente tengas una en tu guardaropas, y podrás lucirla cuando vengas a París.
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